Consideraciones sobre la TV pública a propósito de la entrevista a su ex director, Mauro Valdés

 

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Este domingo 6 de julio, Mauro Valdés, ex Director Ejecutivo de TVN,  dio a La Tercera una primera entrevista después de la renuncia a su cargo, en la que se refirió a su experiencia durante los cuatro años que se desempeñó como director ejecutivo del canal estatal,  donde se pronunció sobre diversos temas relevantes sobre la televisión pública que el Observatorio Fucatel desea compartir.

Aplaudimos que Mauro Valdés  reconozca que la representatividad del directorio ya no puede continuar con lógicas de binominal y requiera una composición que refleje la realidad del país que responda, además, a criterios   profesionales para la toma de decisiones de un canal de TV.

Valdés pone énfasis particular en la autonomía de los gobiernos de turno que la TV pública debe respetar y es sabido que tuvo conducta irreductibles frente a presiones políticas. Según él,  los “telefonazos”  de parte de políticos disminuyeron a lo largo de su mandato.  Una de las grandes batallas que dio en ese sentido fue el programar “Los Archivos del Cardenal” pese a las presiones políticas que fueron de pública notoriedad.  Plantea que se requeriría de algún financiamiento estatal para que TVN pueda responder a sus obligaciones, pero concibe este aporte estatal sólo para una señal secundaria y no para la señal generalista que es, a juicio de Fucatel, donde por su alcance masivo justamente hace falta una oferta de debates, documentales y otros géneros que no son necesariamente rentables, pero sí indispensables para la democracia chilena y por lo tanto también requieren financiamiento.

Probablemente por el carácter de la entrevista, Valdés no deja entrever una propuesta clara sobre lo que debe ser la oferta de un canal público donde la diferenciación de los canales comerciales es parte de la esencia misma de la existencia de un canal de este tipo. Él fue quien solicitó la tramitación de la ley de TVN para abrir la posibilidad de explotación de nuevos campos igualando en deberes y obligaciones a TVN con los canales comerciales. Eso debe corregirse con la tramitación de una ley larga que defina sus obligaciones de servicio público y resultó incomprensible, en su momento, que no se tramitara de una vez todo. De la misma manera y como una señal confusa es la participación de TVN en la asociación de todos los canales de TV abierta ANATEL. Su carácter de canal financiado por la publicidad, llevó a Mauro Valdés a  apoyar el rechazo de la TV comercial a exigencias de servicio público, como la franja electoral,  que corresponden plenamente a TVN y también a la TV comercial en tanto son mínimas retribuciones que exige el Estado a cambio del uso en concesión de un bien de todos los chilenos como es el espectro radioeléctrico. TVN bajo la dirección de Mauro Valdés, no debió quejarse de la merma en sus ingresos por la difusión de campañas públicas o debates electorales. Afortunadamente, por lo menos en este último punto, la TV comercial aceptó con relativa generosidad el cumplimiento de este deber.

Por otra parte,  Valdés señala cómo éxito de su gestión el que el departamento de prensa haya priorizado por la noticia y no haya sucumbido a las presiones políticas. Este punto merecería una reflexión mayor pues la determinación de qué es noticia, como es bien sabido, está determinada por una agenda que ponen los medios escritos y TVN no se ha destacado por relevar como noticias temas nacionales de la mayor importancia que son ignorados por razones ideológicas. Baste señalar a título de ejemplo la ausencia de notas como la huelga del retail o la proporción excesiva de noticias policiales en el pasado o de futbol hoy día, siguiendo en eso la tendencia de la TV comercial.

Ver entrevista en La Tercera aquí