El pulso de los reality show
Una encuesta de la Universidad Central le acaba de tomar el pulso a los reality show, formato televisivo que se ha convertido en el caballo de batalla de la programación en Canal 13 y TVN. De acuerdo al estudio, el 51% de los consultados considera este tipo de programas televisivos una moda pasajera, el 58% de los encuestados sigue este género televisivo, el 19% se declara fiel seguidor del formato, en tanto, del 42% que no los ve, prácticamente la mitad declara que les molesta este tipo de programas.
Lea a continuación un fragmento del informe publicado por «El Mostrador»:
Respecto a la oferta programática para el segundo semestre, el 54% sostiene que no pretende seguir ninguno de estos programas y entre los seguidores regulares, «Pelotón» con un 29% de las preferencias duplica a «1910».
Los “reality show” emergieron hace algunos años como programas televisivos estructurados sobre la base de la participación y convivencia entre personas, que representan al ciudadano medio y que en sus conductas manifiestan espontaneidad y sinceridad para referirse a lo que ocurre en sus vidas cotidianas.
Si bien no tratan de nada extraordinario, el impacto que han tenido obedece a la sensibilidad emocional que despiertan y a la observancia de distintas formas para enfrentar los conflictos que genera la convivencia misma. Ello genera cercanía e identificación de la gente con algunos de los participantes en estos programas.
Después que en nuestro país la población ha tenido la experiencia inicial de esta forma de expresión, el Centro de Estudios Sociales y Opinión Pública (CESOP) de la Universidad Central en conjunto con Publimetro, efectuaron una encuesta en la Región Metropolitana para pesquisar cómo está siendo percibido este género por los televidentes.
El 58% de los encuestados ve este tipo de programas y el 19% se declara fiel seguidor de los mismos, en tanto, del 42% que no los ve, prácticamente la mitad de ellos declara que les molesta esta manera de hacer televisión.
Andrés Llanos, sociólogo y Director de CESOP, sostiene que “aunque se aprecia una reducción del impacto inicial que tuvieron los reality show, hay un segmento de la población seducida que disfruta y vive la intensidad emocional de sus contenidos. Se entretienen e identifican con realidades televisivas que reflejan su propia cotidianeidad y en ello este género ha tenido un gran éxito al involucrar a los espectadores en la representación de lo real”.
Respecto a la oferta programática para el segundo semestre, el 54% sostiene que no pretende seguir ninguno de estos programas y de los seguidores regulares, Pelotón con un 29% de las preferencias duplica a 1910.
Precisamente, en Pelotón, uno de sus participantes, Juan Cristóbal Foxley, denominado “el Dandy” ha destacado por pasar rápidamente del rechazo de sus pares a la aceptación de los mismos. El 30% de los encuestados interpreta en ello que los medios le han dado demasiada cobertura, pero un 43% lo juzga como una persona entretenida y simpática, aunque sólo un 19% estima que ha sido honesto y transparente.
Para Andrés Llanos, académico de la U. Central, “el llamado Dandy ilustra de modo elocuente lo que pretende el reality show en cuanto al impacto e involucramiento emocional de los televidentes. Todos, incluso los que no siguen este tipo de programas, tienen un juicio formado de lo que sucede con algunos de los protagonistas, lo cual da pauta a los guionistas para desarrollar la evolución de los conflictos y mantener seducida e involucrada a la audiencia con una historia que no es ficción como en las telenovelas, sino que muestra situaciones que ocurren en la vida real”
Finalmente, respecto del juicio que tiene la gente sobre los “reality shows”, el 51% estima que es una moda pasajera y que luego serán desplazados por otro tipo de programas y en esa perspectiva, un 15% sostiene que ya han sido superados en otros países. Si bien un 18% tiene una opinión muy negativa y considera que denigra a las personas, un 15% los considera la televisión del siglo XXI.
Para Llanos “es comprensible esta disparidad de opiniones, porque los llamados reality no responden a una única forma de hacer televisión, ya sea informativa, educativa, de entretención, realista o de ficción, ya que integra y sintetiza un poco de todas ellas. Es un género, en ese sentido, moderno o incluso post moderno que no se puede comprender desde una sola de las categorías convencionales”.