La gente le tiene un gran temor a la tecnología

Francis Pisani, periodista, bloguero, ex reportero de guerra y autor de tres libros, habla sobre el futuro de los medios de comunicación en Internet: «Si bien las generaciones más jóvenes tienen una capacidad enorme de intuición, especialmente con los celulares y demás aparatos móviles, por lo general no entienden cómo funcionan las cosas; no tienen la cultura de ir al fondo de la cuestión. Estamos viviendo en un mundo en el cual tenemos al alcance todo tipo de herramientas tecnológicas, sensacionales, pero que son empleadas sin comprender la lógica que existe detrás. O, lo que es peor, sin tener conciencia del infinito potencial que encierra la tecnología misma.»

Ignacio Escribano / El Rancahuaso / Francis Pisani se expresa en un español airoso con ligero acento francés, aunque podría hacerlo con igual fluidez en inglés, portugués o en su lengua natal. O, con algo menos de soltura, en italiano o japonés.

«Nos comunicamos cada vez con más gente mediante mensajes cada vez más cortos. La abundancia de información viene acompañada de una tendencia a lo escueto. ¡Excelente! Pero la tensión entre breve y múltiple no está a punto de ser resuelta. Nada mejor para entenderlo que Twitter, última moda entre los adeptos a la Web 2.0», observa Pisani, con aplomo, rodeado de plantas, libros y pinturas de colores vivos, mexicanos, al igual que su mujer.

Al hablar, pausado, su humanidad descansa contra el respaldo mullido del sillón de cuero negro.

Doctor en Ciencias Políticas y Estudios Latinoamericanos, graduado en La Sorbonne (donde también obtuvo sus Estudios Superiores en Sociología y Economía Política), licenciado en Derecho Público, periodista y bloguero, ex reportero de guerra y autor de tres libros y un par de documentales para televisión, Pisani, de 66 años, dicta cursos y conferencias sobre nuevos medios, redes sociales, tecnología informática y relaciones internacionales en las universidades de Berkeley y Stanford (Estados Unidos), IberoAmericans (Mexico) y en la Fundación para un Nuevo Periodismo Iberoamericano (Colombia). Además, enseña periodismo online en Suiza, Francia y España.

Actualmente, escribe para las ediciones online de El País (Madrid), Reforma (Mexico) y Le Monde (Paris); sus artículos e historias han sido publicados por más de cien diarios y revistas en Europa, América, Africa y Asia.

Cada reflexión que emite es un cóctel letal de sutileza, erudición y talento.

La tarde no invita a andar refutándolo así porque sí.

En unas pocas horas dejará su acogedora casa californiana para dar un magíster en la Universidad Mayor de Chile sobre periodismo online.

«Apenas utilizada por unas decenas de miles de usuarios, y a pesar de que nadie sepa todavía si será adoptada masivamente, la aplicación (Twitter) es tan criticada como alabada y, sin embargo, se comienza a hablar de ella como si fuera otra MySpace, otra YouTube u otra Digg», señala Pisani, quien tuvo la delicadeza de pasarme a buscar por la estación de tren en su elegante Volvo, aunque ya algo viejo, según él. Y sin rodeos, agrega: «Me abruma la diferencia entre el universo de gente que se mete y participa en Internet con la que no sabe prácticamente nada al respecto. Hay un desconocimiento y un miedo generalizado para usar la tecnología que me sorprende todos los días. Es más, me canso de escuchar a periodistas que dicen conocer y usar asiduamente las herramientas de la Red pero que en verdad ni las conocen. Y que, si las usan, lo hacen mínimamente, y de una manera ridícula».

¿Qué sería utilizar Internet mínimamente? ¿Sólo Google y mails, por ejemplo?

-Por ejemplo. Pero agregaría que en Google muchos ni siquiera saben usar las comillas o cosas por el estilo. El uso que les dan es tremendamente limitado. Es más, cada vez que a los editores de más alto rango de los diarios les recomiendo que tomen cursos sobre cómo usar Internet correctamente suelen responderme: «¿Piensas que no sabemos usarlo? ¿Nos estás tomando por idiotas?»

Hace poco le diste uno de esos talleres a un grupo de periodistas de Le Monde, en Paris. ¿Alguna anécdota que recuerdes?

-Varias, pero me gustaría destacar algo que refuerza lo que estaba diciendo. Y es la conclusión casi unánime a la que llegaron varios de los participantes al finalizar el taller: «Me sorprende que hayamos sido tan poco curiosos», dijeron. ¿Podés creer? Cuando la curiosidad debería ser, precisamente, la primera cualidad del periodista. Otro ejemplo. Ninguno de ellos conocía el sistema de ayuda que ofrece Google. Es decir, no saben cómo funciona, y tampoco le preguntan al sistema, cuando la respuesta está allí mismo.

¿A qué atribuyes ese fenómeno?

-A que tienen miedo.

¿Miedo?

-Sí. Y me lo dicen. Tienen miedo. Y por eso no lo usan. De los 34 periodistas que tomaron el último curso que dicté, sólo 3 o 4 utilizaban flujos RSS. Es más, una persona me llegó a preguntar cuál era la diferencia entre Google y Firefox.

¿Alguna observación de tus viajes de trabajo por América Latina?

-Sí, que la gran ilusión de los periodistas al mando de los medios gráficos de la región generalmente entre 40 y 50 años de edad-, fue que hace un tiempo pensaron que no iba a hacer falta tener que pagar el costo de aprender cómo usar toda la tecnología que hoy está disponible. Y ahora, que han comenzado a darse cuenta de que es indefectible saber cómo utilizarla y qué hacer con ella, suelen optar por dos actitudes: o se empeñan en aprenderla y aplicarla, o se cierran aún más. Esa gente, que tuvo la ilusión de que iba a poder prescindir de las herramientas tecnológicas, se equivocó.

¿Con qué argumentos se minimizaba el poder de lo digital?

-Uno de los más difundidos era que no iba a haber penetración suficiente en la región. Ahora, ¿quiénes leen los periódicos en América Latina? Generalmente, la gente de clase media de las ciudades. Bueno, entre esa gente la tasa de penetración de Internet con banda ancha es bastante elevada. Sí, es cierto que todavía no se sabe cómo ganar dinero onl ine y cosas por el estilo, algo que ocurre en casi todo el mundo, pero si te quedas esperando que todo se resuelva para entrar en el juego, cuando quieras participar vas a tener un montón de usuarios que ya migraron a otros sitios y te encontrarás a varios kilómetros detrás del resto. Por eso, las direcciones de los periódicos, y sus periodistas, tienen que tener un mínimo de visión, aún cuando no haya nada seguro, para ocupar buenas posiciones en el momento en que se empiece a usar de verdad. En este sentido, es una responsabilidad de las empresas pero también una responsabilidad individual.

Para lo cual es necesario invertir tiempo y dinero…

-Es la única forma de no quedarse atrás. A mí me llama la atención cuando no se invierte ni un centavo en una computadora, ni en el tiempo que la tecnología demanda para aprenderla. La reacción adversa, en este aspecto, es grande y dramática.

De todas formas, la realidad de los diarios latinoamericanos nada tiene que ver con la de Le Monde o El País, de España, por mencionar algunos.

-Es cierto. Desde ese punto de vista, es entendible que varios medios latinoamericanos aún no hayan apostado todas sus cartas en las versiones digitales. Sí sería una ceguera empresarial que un diario francés o uno español no se suba al tren digital de lleno. No obstante, sigo considerando que los que aún no comenzaron a ensayar online, individualmente y como empresa, están malgastando el tiempo. En materia de diarios, Internet es lo que se viene y no hay vuelta atrás.

¿Cuáles son «las cosas básicas» que no puede desconocer un periodista del siglo XXI? ¿Cómo subir un video o saber qué es RSS, por ejemplo?

-¡Ni siquiera! Estoy hablando de algo mucho anterior a todo eso. Aunque los RSS, sí, me parecen el punto básico fundamental. Lo primero, para mí, sería entender y conocer las herramientas que ofrece Google, por la sencilla razón de que es sumamente fácil y, además, gratis. Cómo interrogar mejor un motor de búsqueda, cómo tener un documento online, Google docs, cómo editar un documento de a dos… a ese tipo de cosas me refiero. Curiosamente, mucha gente, periodistas incluidos, desconoce que existe Skype, o herramientas de comunicación online por el estilo, de incalculable valor y practicidad. Pero volviendo a los RSS, sí, considero esencial saber cómo buscar los flujos y organizarlos con alguna de las dos grandes vertientes que son Netvibes y Pageflakes, o Google Reader, que para un periodista me parece todavía más amigable, ya que la noción de río de información es mucho mejor.

¿Qué les enseñas a los periodistas en tus cursos?

-Básicamente, a cómo organizar la información y a cómo encontrarla. Ejemplos: Google Notebook como sistema de base de datos, cómo utilizar el historial para volver a encontrar algo que nos interesa volver a ver… Hay una gran cantidad de aplicaciones que muchos periodistas no tienen ni idea de cómo se usan. En una segunda instancia, se profundiza en cómo publicar online, en lo posible en formato multimedia y no sólo en texto. Esto último, sumado a la creación de blogs, es un excelente ejercicio para los periodistas de la prensa tradicional.

¿Recibes algún diario en papel?

-Ya no. Estaba suscripto al The New York Times, pero la verdad es que se me fueron las ganas de pagar los 600 dólares anuales. Hoy sólo me llegan las ediciones impresas de The Economist y del New Yorker. Y en mi correo, además de los flujos RSS, recibo la primera plana de El País, de Le Monde y del The New York Times, adaptadas a los temas que me interesan. Un dato interesante: estamos asistiendo a una increíble proliferación de sitios de información que sólo existen en la Web y que progresan a buen paso.

¿Por ejemplo?

-En el terreno de las TIC, que al fin y al cabo son las que suelen abrirle camino al resto, podría mencionar a Paid Content, TechCrunch, GigaOm o ReadWriteWeb. Por otra parte, creo que el éxito del The Huffington Post, el la arena política, merece un destacado especial.

Daría la sensación de que el término «blog» ya abarca demasiados conceptos…

-Así es; seguimos llamando blogs a empresas como TechCrunch, que es una empresa de medios online, de gran calidad, pero no un blog.

¿Y en qué comunidades online te expresas?

-Como no tengo tiempo de escribir sobre todo lo que veo, cosa que sería imposible, publico en Tembler, Friendfeed y Twitter; un poco para conversar también. En mi blog, que es en francés y en español, tengo un widget de Tembler, que es en inglés. Y mucha gente que me lee, lee en inglés. Entonces, cuando veo un artículo que me parece bueno, selecciono dos párrafos y ¡bum!, aparece en Tembler. Y eso se hace en un click. En Twitter suelo poner el link de las notas que me interesaron, con su URL, o una breve descripción del tema en cuestión, y entonces, al que le interesa, puede ir a leer ese artículo directamente. Además, tengo flujos RSS sobre las notas que escribo, lo que me permite encontrar en mis textos rápidamente lo que necesite.

¿Qué es lo que más te fascina de todo estos cambios que estamos viviendo?

-Diría que hay tres cosas que particularmente me interesan en este momento: los medios en general, el tema del poder e Internet y la movilidad online. Pero voy a detenerme en el último punto. El uso de Internet desde los celulares está llegando en los Estados Unidos a su masa crítica, tanto es así, que ya existe un mercado relevante, el de los ultramóviles PC (UMPC), de los que podría mencionar el 3 EPC, de Asus, un Mini-Note, de HP y el nuevo de Dell, que aún no se sabe cómo se llama… Para noviembre vamos a tener, por fin, una computadora móvil decente, con una memoria decente, con una capacidad de conexión decente y con un teclado decente.

¿A qué te referís con eso de «teclado decente»?

-A que es el teclado, y ninguna otra cosa, el que define el tamaño de una computadora. Si el teclado es extremadamente pequeño, a la tercera letra ya te empiezas a fastidiar. Todos quieren estar cómodos para escribir, ya que es la principal forma de ingresar la información en la máquina. No es la única, pero para los idiomas occidentales es la principal. Este otoño boreal tendremos unos 10 o 20 o 50 aparatos móviles, con excelente gama de conexiones, por encima de los 500 dólares. Y estoy seguro de que eso solamente va a influir radicalmente en la campaña presidencial de los Estados Unidos.

-De hecho, el microbloging en la línea de Twitter ya ha cobrado una fuerza descomunal en este país…

-Sin dudas. Y a los escépticos los invito a que visiten www.election.twitter.com, donde se agrupan los «twits» de todo el mundo sobre las elecciones. Ese sitio fue la mejor forma de seguir las convenciones de la campaña presidencial minuto a minuto. Por eso, insisto en que el uso de Internet desde aparatos móviles, por sí solo, tendrá un tremendo impacto en la campaña presidencial de los Estados Unidos de este año.
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