Michio Kaku, físico y divulgador: «Es deber de los científicos como yo desmitificar la ciencia»

michio-kaku/ Cualquiera que se interese en la física teórica conoce a Michio Kaku (62). Cualquiera que le guste la ciencia debe conocerlo. Este japonés estadounidense no sólo habla de las mínimas partículas de la materia o del cosmos, también pasa la mayoría de sus horas concentrado en divulgar la ciencia y la tecnología, en «desmitificarla», como dice él mismo.

El 20 de marzo volverá a cumplir esta misión. En Latinoamérica se estrenará su nuevo programa, «Visiones del futuro».

Profesor del City College de Nueva York, tiene cinco libros de divulgación. El último, «La física de lo imposible», está en la lista de los más vendidos del diario The New York Times.

Tiene un programa de radio e innumerables miniseries de divulgación a su haber. Es un «rock star» de la ciencia.

Cuando hace dos semanas chocaron dos satélites en órbita, la CNN no dudó en llamarlo para aclarar este hecho.

«Me fasciné con la tecnología cuando tenía 10 años, pero estaba muy frustrado. Cada vez que iba a la biblioteca o que veía televisión no había nada, ¡nada!, sobre esa ciencia que yo ya sabía cambiaría mi vida. Así es que me prometí que cuando me convirtiera en científico y en profesor no sólo investigaría, sino también comunicaría a la gente joven y al público. No quería que ellos se sintieran tan frustrados como yo», comenta el físico.

Descubrir y manipular

Ahora, después de años divulgando, ya no sólo se trata de evitar frustraciones, también se trata de compromiso. «Parte de la responsabilidad de los científicos es desmitificar la ciencia y explicarla en términos muy claros al público en general, porque la ciencia es el motor de prosperidad, de bienestar y de riqueza», explica enfático.

Escucharlo hablar de ciencia es como un bálsamo para las neuronas; todo se vuelve cristalino y absolutamente entendible.

Ahora se aventura con predicciones de futuro. El futuro que llegará en la próxima década y a fin del siglo.

Asegura que estamos en un período de transición de descubrir la naturaleza a maniobrar con ella, a casi nuestro antojo, «para cumplir nuestros deseos».

«Hoy ya estamos manipulando la naturaleza; eso es inevitable y no cuesta tanto hacerlo. En el pasado, construir una bomba atómica requería de miles de millones de dólares en investigación y científicos, pero entrar en la bio o la nanotecnología sólo cuesta unos pocos cientos de miles de dólares. Por ello, naciones del tercer mundo ven esto como una oportunidad de liderar en medicina y en ciencia», dice.

Añade: «Ya está ocurriendo, y muy rápido, y es imparable».

Advierte que en esta nueva era «debemos tener un debate democrático sobre cómo controlar esta tecnología», y para eso la gente tiene que saber sobre las posibilidades de la ciencia que viene.

Imagina el escenario de 10 años más. Los chips van a costar sólo un centavo. Eso «revolucionará la manera en que interactuamos con la tecnología, con esa inteligencia que será gratis». La medicina ya será capaz de hacer crecer órganos complejos como un hígado de las propias células del paciente.

También tendremos internet en nuestros anteojos de sol y los lentes reconocerán a las personas con que nos topamos en la calle y nos «soplarán» los nombres que no logremos recordar.

Es un optimista del futuro, del poder de la ciencia y de la tecnología y de la capacidad que tendremos para manejarlas.

«La ciencia es el motor del progreso y riqueza, pero la ciencia y la tecnología vienen en olas. Cada vez esa ola crea progreso y esa riqueza crea una burbuja. Cuando esa burbuja revienta, tenemos una crisis económica», dice.

La primera ola vino con la máquina a vapor. Su burbuja reventó en 1850. La segunda fue impulsada por la electricidad y los automóviles. Colapsó en 1929. La tercera vino de la mano de la computación y las telecomunicaciones. Eso fue lo que explotó en nuestras caras hace unos meses.

«Estamos en la cuarta ola tecnológica, la de la biotecnología, la inteligencia artificial, la nanotecnología. Esperemos ser capaces de no crear una nueva burbuja que explote en 70 años», comenta.

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Las revoluciones

Para construir «Visiones del futuro», Michio Kaku entrevistó a 300 científicos. Son tres capítulos que abarcarán la revolución de la inteligencia; donde los chips y computadores estarán en todo; muros, muebles, ropa. La revolución de la biotecnología; si cada 18 meses el poder de los computadores se duplica, en el mismo tiempo el conocimiento de los genes aumenta en un factor de 10. Las posibilidades son insospechadas. Y la revolución cuántica; que nos dará materiales súper poderosos que nos proporcionarán capas de invisibilidad o máquinas que conviertan un objeto en otro.

«Tendremos el poder de los dioses mitológicos que manipulan y crean cosas, que convierten objetos inanimados en animados. Si tenemos ese poder, necesitaremos la sabiduría de Salomón para lidiar con él», dice Kaku.