TODO CAMBIA MENOS LOS MEDIOS DE COMUNICACION
DECLARACIÓN FUCATEL
MARTES 25 DE MAYO 2021
En un Chile que cambió para todos los sectores políticos, la TV y la prensa escrita
tradicional siguen impertérritas con sus modos de hacer, su pluralismo
caprichoso, su tratamiento discrecional y autoritario de los
entrevistados/invitados agraciados con el privilegio de ser los elegidos por
editores, avisadores y dueños.
Los matinales de los canales masivos, por ejemplo, mantienen la hegemonía de
sus paneles con casi los mismos políticos y dirigentes invitados en el transcurso de
la campaña, donde los movimientos sociales emergentes tuvieron mínima cabida.
La redacción del nuevo texto constitucional es una oportunidad para consagrar –
sin rodeos-, la libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a ser informada
en forma amplia y plural, sin supeditarse al interés de los dueños de los medios,
quienes persisten en entender el ejercicio de esta libertad como una prerrogativa
de su propiedad. Un cambio fundamental en el concepto de la libertad de
expresión es, como lo establecen diversos acuerdos internacionales, necesario
para la existencia de una democracia plena y será, sin duda, objeto de las
reformas que espera la mayoría del país.
El Observatorio de Medios FUCATEL invita a reflexionar sobre las tendencias de los
espacios periodísticos de buena parte de los medios donde se puede observar lo
siguiente:
– Una insistencia en mantener en pauta tópicos repetidos respecto del fin de la
política de partidos tradicionales (estado de ánimo al que han contribuido a
construir principalmente sus periodistas y conductores), pese a que estos
mantienen vigencia notoria en las elecciones de alcaldes, concejales y
gobernadores.
– Un énfasis constante en la crisis y desunión de los partidos que representan al
diverso arco de oposición al gobierno de Sebastián Piñera, minimizando los
problemas que también atraviesan las colectividades de centro derecha,
derecha y ultraderecha en su relación con el Ejecutivo y en su unidad como
futura alternativa de alianza electoral, dados los magros sufragios obtenidos en
los comicios para elegir constituyentes.
– Una manifiesta dificultad para entrevistar a candidatos electos constituyentes y
alcaldes, cuando se trata de figuras no militantes, independientes o dirigentes
sociales de nuevos movimientos, poniendo en cuestión sus capacidades, su
capital político y su legítima opción por cambios radicales. Una muestra de esta
conducta es la permanente tendencia a llevarlos a pronunciarse sobre figuras
de la política pasada en Chile o América Latina, especialmente Venezuela o
Cuba.
– Un sesgo encaminado a reforzar una amenaza de retroceso histórico (y
económico) de la nueva composición representativa en vez de ponderar las
oportunidades de cambio e inclusión social que se abren de la mano de
reformas claramente demandadas por una mayoría de chilenos, de un amplio
espectro político y social.
Todo lo anterior refuerza la necesidad de encarar un proceso donde de modo
irrenunciable se garantice el derecho a la libre expresión, a la información y a la
comunicación, en conjunto con un sistema de medios donde se exprese la
diversidad y el pluralismo en su interior, en consonancia con las
recomendaciones de la Unesco y la Comisión Interamericana de Derechos
Humanos.