Vive USA, viajar sin salir de Chile
Francisco Aravena / Wiken / Ni su matinal, ni su programa de farándula, ni su noticiero, ni su show de trasnoche con vedettes, enanos y guatones haciendo humor picaresco: el programa más representativo de Mega es un espacio de verano llamado «Vive USA». O sea, si en algún momento uno se viera en la necesidad de explicarle qué es Mega a un marciano, a un extranjero o simplemente a un chileno que no haya tenido la experiencia, un episodio de este programa bastaría. Los domingos en la noche, y justo cuando en TVN «Clase turista» ve el mundo a través de los ojos de los chilenos emigrantes , «Vive USA» muestra una parte de Estados Unidos a través de los ojos de chilenos que por muchas millas y timbres en el pasaporte que acumulen, no parecen interesados en salir de Chile. Patricia Maldonado, José Miguel Viñuela, Luis Jara y el actor cómico Fernando Godoy se reparten por el territorio estadounidense sin la menor intención de mostrar nada que no se hayan imaginado en una pauta en una oficina en Vicuña Mackenna: los casinos de Las Vegas, los juegos de Disneylandia, las playas de Hawai, las estrellas en las veredas del Paseo de la Fama en Hollywood, usted siga. Don Francisco y su «Cámara extranjera» en los 80 era Jacques Custeau al lado de este ramillete.
«Vive USA» -una secuela de un programa que al parecer los dejó satisfechos, «Vive Sudáfrica», hecho con ocasión del Mundial de fútbol el año pasado- es, por cierto, tremendamente honesto desde su presentación: promete exactamente lo que entrega. Y es también muy revelador de una manera de ver el mundo «exterior»: una colección de personajes raros que están ahí para burlarse, para hacerse los chistosos, para mirarles el escote o para sacarse una foto con ellos. Los animadores de Mega son los embajadores de «la gente» en un país en el que se comportan como caricaturas de turista japonés en los 80. Y con un extra bonus: en el capítulo pasado Maldonado y Viñuela tuvieron una conversación muy franca en una cena íntima, hablando larga y afectadamente de sus respectivas vidas privadas. Cómo no va a ser elocuente: a miles de kilómetros de la cafetería del canal siguen considerando que lo más interesante para poner en pantalla es a ellos mismos hablando de sí mismos.
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