Caos en la programación televisiva
Observatorio / La guerra por el rating ha hecho que las parrillas programáticas de la televisión abierta se vuelvan imprevisibles y los golpes de timón, para sorprender a los competidores, cada vez más frecuentes. Bajo el pretexto de que modifican la programación de acuerdo a lo que expresan minuto a minuto las audiencias, tanto Canal 13 como TVN están convirtiendo en un hábito esta práctica, cuyas principales víctimas son los pobres telespectadores: personas que, como señaló una conductora de la TV local, se aprestan a comer un asado con los amigos viendo un partido de la sub 17, y se encuentran sin previo anuncio con un reality programado fuera de su horario, en respuesta al canal de la competencia que lanzó su teleserie vespertina sin avisarle a nadie.
Esta estrategia, prohibida en otros países, en Chile no es regulada por nadie, ni siquiera por el CNTV que no tiene facultades para intervenir en los horarios de la programación.
Lea a continuación el comentario de Juan José Andrés Alvarado, de El Mercurio, sobre el tema:
El Mercurio / 23 de abril / José Andrés Alvarado
La sub 17 provoca reclamo por la nueva forma de competir en la pantalla local
La Asociación Nacional de Fútbol «lamentó» ayer la decisión de Canal 13 de no emitir el partido del martes en Iquique. La lucha por la audiencia ha llevado a prácticas que eran inusuales en Chile y que en otros países han derivado en más regulación estatal.
«¿Qué pasa con la gente que tenía listo un asado para ver a la sub 17 en Canal 13 el martes?», se preguntaba ayer Claudia Conserva en su programa de La red, uno de los canales que no han entrado en el juego de los «grandes»: alterar la programación sin avisar. Ayer, programas como «Pollo en Conserva», espacios de radio y foros de internet se llenaron de televidentes reclamando por lo que sucedió el martes 21, quizás el día que mejor resume lo que está pasando hoy en la TV chilena.
Esa noche, TVN estrenó sin advertir «¿Dónde está Elisa?» y movió «Última salida». Su apuesta resultó, y la teleserie nocturna se impuso a la programación de emergencia de Canal 13, que acortó su noticiero, sorprendió con «1810» y pospuso el partido sub 17 Chile-Argentina que tanto preocupa a Conserva y los parrilleros.
El desplazamiento del partido en Iquique fue el único que provocó una reacción formal: la ANFP hizo una declaración en la que «lamenta profundamente la decisión de Canal 13». UC-TV es el principal auspiciador de la asociación, pero nadie oculta los roces: «Hechos como éste entorpecen los esfuerzos por mantener relaciones cordiales», remató la ANFP. UC-TV respondió, también, en un comunicado: «Los horarios de nuestra parrilla televisiva se han flexibilizado como parte de una estrategia general de la industria».
Valerio Fuenzalida, académico de la UC, cree que este tipo de competencia «le hace mal a la industria»: «Si la TV abierta se desprestigia, lo probable es que la audiencia busque alternativas y el gran ganador será el cable».
En 2007, Mega ya hizo movimientos similares: acortó y adelantó su noticiero para emitir la serie «Casado con hijos». Pero es el director de programación de Canal 13, Vasco Moulian, a quien se apunta como gran responsable de esta nueva forma de competir, que afecta a los televidentes, quienes no tienen un canal formal de reclamo: el Consejo de TV no tiene facultades legales para regular los horarios. Pese a eso, Jorge Navarrete, su presidente, advierte: «Las industrias que no son capaces de autorregularse eficientemente, en asuntos que son o lleguen a ser importantes para la población, más temprano que tarde son materia de regulación pública de carácter obligatorio».
27,9 puntos promedió «¿Dónde está Elisa?» en su debut. «1810» tuvo 20,9.
9,4 tuvo TVN como rating diario el martes, y volvió al primer lugar.
Cambios de horarios han puesto en crisis a la TV mundial
Lo que está comenzando a vivir la pantalla local ya ha afectado al público de otras partes del mundo. «El respeto por el televidente comienza con el horario», afirma categórica Consuelo Cepeda, la Defensora del televidente del canal colombiano RCN, una de las respuestas más originales a un problema que se desató a mediados de los 90 en España y que en los últimos dos años también afectó a Colombia y a Argentina, que ha vivido una competencia entre canales muy parecida a la que se da hoy en Chile.
España, tres días
«En ningún país europeo puede pasar lo que sucede hoy en Chile», dice Francine Galmes, la primera conductora de noticias negra de TVE y hoy analista de TV. En los 90, España reguló la «contraprogramación». Hoy los canales deben informar con tres días de anticipación cualquier cambio de programación. Hay multas.
Argentina, 24 horas
Hace un par de años los dos principales canales, Telefé y Canal 13, entraron en una guerra que incluyó un desorden de la parrilla azuzada por el debutante rating online. El símil del CNTV debió regular por el clamor del público. Hoy los cambios deben avisarse 24 horas antes, pero los canales prefieren pagar las multas.
Colombia, en pantalla
El caso colombiano es muy especial: su CNTV intentó regular por ley los cambios imprevistos de programación, pero finalmente se optó por un «Defensor del televidente» en cada canal. Esa persona centraliza los reclamos (la mayoría son por cambios de horario) e incluso los lleva al aire en un programa semanal.