En defensa de la libertad de prensa

el-mercurio-fachada-actualEditorial / El Mercurio / Hoy se celebra el «Día mundial de la libertad de prensa», creado por la Unesco en 1991 y ratificado por la ONU en 1993. Promotor de su instauración fue el director general de la primera, el científico español Federico Mayor Zaragoza, en una línea contrastante con las posiciones estatales y dirigistas en esta materia de su predecesor, el senegalés Amadou M’ Bow. Esta fecha debe llamar la atención sobre los problemas de la libertad en los medios de comunicación social y en otras formas de expresión, sea literaria o artística, que afectan un derecho humano básico en sí mismo y soporte irreemplazable de todos los demás.

Respecto de los medios, diversas organizaciones internacionales efectúan recuentos periódicos de las violaciones a su libertad. Un problema agudo es la muerte de periodistas en el cumplimiento de su función. Más de una decena perdieron la vida cuando cubrían la guerra de Irak a causa de accidentes o equívocos bélicos no bien esclarecidos.

Grave es, igualmente, la multiplicación mundial de legislaciones represivas para la prensa, particularmente en torno a los delitos de insulto o desacato. El Comité Mundial por la Libertad de Prensa, con sede en EE.UU., las identificó globalmente y requirió del Gobierno chileno la derogación de diversas normas que protegen en exceso a altos funcionarios públicos, ignorando el principio constitucional de igualdad ante la ley. Al respecto, fue positiva la derogación del artículo 6 b) de la Ley sobre Seguridad del Estado, pero continúan vigentes otras disposiciones que surten igual o peor efecto.

Una amenaza potencial parece incubarse en un comité de la ONU que funciona en Suiza, el cual prepara una conferencia mundial sobre la llamada «sociedad de la información», que se realizaría en diciembre próximo. Se pretende por algunos gobiernos reflotar el «nuevo orden mundial de la información y la comunicación», propiciado en la década de 1970 por la Unesco y fracasado, en parte importante, por el retiro de EE.UU. y Gran Bretaña de esa entidad, entre otras causas, por la fuerte orientación dirigista y contraria a una sociedad de libertades que caracterizaba entonces a esa organización. Tanto su actual director general, el diplomático japonés Koichiro Matsuura, como el secretario general de la ONU, su colega de Ghana Kofi Annan, han explicitado posiciones claramente en favor de la libertad de prensa.

Las declaraciones internacionales que contrarían dicho principio a menudo surgen de naciones que, en su oportunidad, suscribieron la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU, de 1948; el Pacto sobre Derechos Civiles y Políticos, de 1966, y la Convención Americana de Derechos Humanos – o Pacto de San José de Costa Rica- , de 1969. Hay en eso una inconsecuencia político-jurídica muy lesiva para la libre expresión y la democracia.