En la UC volvemos a hablar de la Televisión Digital

hombre viendo teleEduardo Arriagada / Académico PUC / Hace unas semanas me pidieron una columna sobre el fenómeno de las tres dimensiones (3D) que pronto llegará en los televisores a nuestras casas. Fue un a experiencia, mis líneas salieron publicadas en el primer cuerpo de diario realizado para verse con anteojos 3D, pero me sirvió para retomar un tema permanente en mis preocupaciones, lo que viene en el audiovisual. Pienso que si el 2009 fue el año de twitter y el 2010 del iPad, al menos para mi, el año que viene será el año del audiovisual, pero específicamente la explosión del consumo audiovisual en los nuevos dispositivos móviles.

En ese contexto nos juntaremos la próxima semana a hablar de televisión digital en la UC. No pretendemos hablar de la tan tramitada ley, que siempre tenderá a ser la forma como los políticos meterán su mano para seguir tratando sin éxito de cambiar los hábitos de la gente mediante sus legislaciones. Vendrá un viejo amigo de estas conversaciones, Alfredo Barriga, la cabeza de la estrategia digital de este gobierno. Se sumarán tres profesionales de DirecTV para analizar el verdadero impacto que tendrá el paso de lo análogo a lo digital.

Para empezar a conversar de estos temas pongo mi reciente columna para El Mercurio.

Aunque el 3D comenzó siendo la forma que tuvo el cine para enfrentar la tendencia al decrecimiento de la asistencia de la audiencia ofreciendo una experiencia única irrepetible por los piratas, pronto pasará de las salas de cine a muchas más casas de lo que se hubiera pensado hace pocos meses.

Inaugurando un seminario sobre 3D para audiovisualistas en la UC avancé que vienen dos cambios relevantes para la televisión que se dan gracias a la tecnología. Uno es la digitalización de las señales de libre recepción y otro es la televisión en tres dimensiones. Ambos suponen problemas y oportunidades en los esfuerzos por aumentar la calidad en los contenidos audiovisuales locales.

En Chile ya hablamos demasiado de TV digital. Hasta hace poco venían a darnos cátedra de las ventajas del camino europeo de TV digital. En resumen, como lo defendía un muy suficiente subsecretario de la administración anterior, la idea era “aprovechar” lo digital para multiplicar los canales. Era el tiempo en que el pluralismo era la bandera del gobierno, otro de los lemas correctos del gobierno de la paridad.

Si revisan como terminó televisión española digital verán una oferta de menor calidad y menos variada que la que tenían antes. Con el agravante de que mantiene una sangría vergonzosa de recursos públicos en un país que sufre una recesión histórica. Solo un canal público regional recibió allí el año pasado más fondos públicos que el presupuesto de todos los canales de la TV Chilena.

No creo en las soluciones legales que no van acompañadas de presupuesto y nuestros parlamentarios son muy creativos a la hora de pensar en nuevas obligaciones para los medios de comunicación.

Chile tiene carreteras del primer mundo porque diseñó la forma como comprarlas, si queremos una televisión de calidad nuestra sociedad tendrá que meter la mano al bolsillo para sacar el dinero que significa comprarla o producirla. He defendido un fondo relevante como incentivo para calidad del audiovisual chileno, concursable por toda empresa que consiga audiencias relevantes por cualquier tipo de televisión. Hablo de al menos 500 millones de dólares, algo que significaría un estímulo real a toda la industria audiovisual chilena, equivalente al aporte público que recibe un solo canal español.

Cuando definimos calidad en lo audiovisual no podemos dejar de tener presente lo que buscan las audiencias. La tecnología 3D ha demostrado ser un gancho relevante para potenciar el atractivo de contenidos especialmente masivos, los ejemplos están tanto en las películas como los eventos deportivos que todos “tienen que ver”. Del debate de la televisión digital rescato al Ministro brasilero Helio Costa quien mientras aquí se decía que lo digital multiplicaría los canales, el postulaba que el audiovisual brasilero de calidad no tendría futuro sin una digitalización que apostara por “televisión de alta definición, portátil y móvil”. El 3D se suma a la alta definición como una consecuencia relevante de lo digital que será cada vez más relevante para capturar audiencias masivas. Esa relevancia lo da la mejora en la experiencia, algo que cada vez es más valorado como forma de capturar la atención de un público crecientemente escurridizo.