La agonía de Nueva Imagen

el_show_de_los_librosOBSERVATORIO / La crisis de la productora “Nueva Imagen”, uno de los baluartes de la televisión de calidad de los años 90, es signo de los malos tiempos que corren para la producción independiente. Restricción económica de los canales, disminución de la inversión publicitaria, apuesta de la industria televisiva por una programación barata y estandarizada, poco interés por fomentar la producción cultural en TV, son algunos de los factores que han llevado a la ruina a la mayoría de las empresas que se han dedicado en las últimas décadas a alimentar las parrillas programáticas de la televisión abierta.

En el siguiente artículo de El Mercurio se analiza la agonía de esta productora emblemática que consolidó su prestigio con programas como “El Show de los Libros” y “Cine Video”, ejemplos de una TV inteligente, lúdica, con vocación de servicio público y sin el facilismo que caracteriza los contenidos de la televisión actual:

La lenta muerte de Nueva Imagen, la productora emblemática de los 90

La empresa que brilló con «El show de los libros» ya no tiene proyectos y se ha evaluado la quiebra.

Soledad Gutiérrez / El Mercurio

Una acogedora casa de Ñuñoa fue el lugar donde Nueva Imagen vivió su período de mayor esplendor. La empresa que, desde comienzos de los 90 ayudó a impulsar el crecimiento de la producción independiente, operaba en la calle Holanda, con chimenea y piso de madera para cobijar a quienes colaboraban en sus proyectos. Ahí se realizó su mayor crédito, «El show de los libros», el programa conducido por Antonio Skármeta que incluso tuvo una secuela, también producida por Nueva Imagen, para el mercado internacional, «La torre de papel».

Actualmente, Nueva Imagen vive una situación opuesta: no hay proyectos nuevos, sólo tiene un programa en pantalla («Bajo sospecha» en Chilevisión) y dos personas aún vinculadas a su nombre, los directores Rodrigo Moreno y Jaime Sepúlveda. «Estamos intentando cumplir con los compromisos pendientes, que son pagos a personas que trabajaron con nosotros. Pero no tenemos ingresos; por lo tanto, todo está saliendo de nuestros bolsillos», dice Moreno. ¿No han pensado en pedir la quiebra? «Lo hemos evaluado, pero es fuerte, porque significa dejar una empresa que ha sido nuestra vida. Puede ser que sólo nos estemos resistiendo a la idea de la muerte definitiva».

Moreno y Sepúlveda son los sobrevivientes de un proyecto que tiene sus raíces en los 80 con Teleanálisis, un informativo que mostraba noticias que no se emitían en la TV de la época.

Moreno afirma que uno de los factores que definieron la caída de la productora se relaciona con TVN: en mayo pasado, la directora de programación, María Elena Wood, decidió no realizar una serie policial con Nueva Imagen, que ya tenía contrato firmado con el canal y un presupuesto estimado de $270 millones. «Nos causó mucho daño la bajada de ese proyecto, pero además estábamos preparando un piloto para TVN sobre la sexualidad de los chilenos y viendo la segunda temporada de ‘Planeta Chile’, también con ellos. Todos los proyectos con nuestro principal cliente se fueron a cero».

A la deuda que se arrastraba desde la película «Subterra», se sumó el saldo en contra de los últimos proyectos de la productora: «El capítulo de ‘Héroes’ de Arturo Prat nos dejó $100 millones en contra y ‘Hermanos y detectives’, otros $50 millones», declara Moreno. Este último programa es una serie para Chilevisión, que aún no tiene fecha de estreno. ¿Por qué la productora tiene déficit por proyectos encargados por canales? «Muchas veces las productoras terminamos pagando cosas de más, con cambios de última hora y se nos pide un alto estándar de calidad. La relación con los canales es asimétrica: del título de productoras independientes no queda nada; el problema de todas las empresas que han quebrado es que no pudieron desarrollarse industrialmente», dice Moreno, en referencia a su caso y al de Roos Film, otra de las productoras influyentes del mercado, que en abril pasado cerró sus oficinas.

 Tres clásicos de la factoría

«El show de los libros»

El programa símbolo de la cultura en la TV durante la década de 1990 comenzó en 1992, y tuvo su último ciclo en 2002. La idea de un escritor como Antonio Skármeta presentando temas de literatura tuvo éxito internacional. People & Arts emitió «La torre de papel», y en España la idea se adaptó con el nombre de «El conjuro de los libros».

«Cine video»

El programa de Augusto Góngora también tuvo larga vida: entre 1990 y 2002. Luego se fundió con «El show de los libros», en «Coyote», que comenzó en 2003, conducido por Góngora y Skármeta. En 2006 fue reemplazado por «Hora 25», una producción interna del canal.

«Subterra»

La película que recrea la Lota explotada de Baldomero Lillo se estrenó en 2003. El ex director ejecutivo de Nueva Imagen, Marcelo Ferrari, fue su realizador, y la intención era que la productora desarrollara un área de cine, pero no pudo avanzar, por dificultades económicas. El trabajo siguió concentrado en TV con proyectos como «Biografías», para Canal 13, y «ExpedienTV», para TVN.