La democracia funciona

camara1Ángel Carcavilla / La Nación Domingo / El asesor de imagen /  «Informe especial» siempre ha estado al servicio de lo que la gente corriente piensa, siente y hace. Su intención simplemente es complacer a la audiencia confirmándole sus incertidumbres, sospechas y paranoias básicas. Ensayando diferentes mecanismos para construir sus tramas, el programa es profundamente idiosincrásico sobre un Chile plagado de discordias y envidias, dominado por el sexo, el dinero y el poder, cuestiones que, obviamente, obsesionan a casi todos y disparan la sintonía.Mientras que los nuevos tiempos reclaman una televisión de realismo social y de vanguardia, la intriga detectivesca del espacio de TVN no hace concesiones. La semana anterior le tocó a los que se calientan con el chat y se dieron un festín humillando a los pobres pervertidos, cuestión que ya comenté. Esta semana fueron nuestros ilustres parlamentarios la carne del programa.

Lo que encuentro absurdo de todo el revuelo que ha provocado, es que no apareció nada que no supiéramos. Obviamente, un diputado no es un obrero, y su trabajo es político y no físico. Es decir, su pega no es calentar un asiento, sino que empaparse y, ojalá, resolver los problemas que hay en el distrito que representa. Por lo demás tener que escuchar los discursos de sus pares, que muchas veces ni siquiera saben hablar, puede ser simplemente una pesadilla.

Si un diputado prefiere salir a tomarse un café, lustrarse los zapatos e incluso hasta pasar la tarde con su familia o su amante, es cuestión de cada uno. Personalmente, lo más indignante fue el chanchullo que tenía armado Julio Dittborn con sus oficinas distritales truchas, y lo cara de raja que fue para justificarse (se merece un «Informe especial» completo).

Pero francamente el resto de la historia no reveló nada que no supiéramos, y en ese sentido como investigación periodística fue totalmente floja. Imagino que las tijeras operaron en TVN y lo que vimos no fue ni la mitad de todo lo que se filmó, y se «investigó». De hecho, todavía no entiendo por qué no apareció ningún senador en toda esta historia, ¿por qué son intachables? o ¿por qué es más fácil pegarle a la cámara baja? Sin duda la gran conclusión del último «Informe especial» es que la democracia definitivamente funciona y los chilenos estamos muy bien representados en el Parlamento, tanto así que la clase gobernante posee las mismas pifias que los gobernados. Usa las mismas mañas para matar el tiempo, recortarse unas luquitas y como cualquier pelafustán, se pasa horas en el Facebook, viendo páginas pornos, apostando a las carreras y hasta le pide a un compañero de trabajo que le marque tarjeta.