Las trincheras de fuego de Justo Pastor Mellado
Javier García / La Nación / Publican libro, «Textos de batalla», del curador de arte más polémico de Chile / Como un opinólogo de la cultura, Mellado dispara contra la institucionalidad del arte y los artistas emergentes en un volumen de 400 páginas. Extraemos fragmentos. Los subtítulos son nuestros.
SER EN «ARTES Y LETRAS»
Tendríamos que suponer que a los agentes del espacio artístico les importa lo que se escriba en «Artes y letras». ¡Y vaya que les importa! «Artes y letras» opera como plataforma simbólica de aceptación paterna. Se puede llegar a ser muy famoso en el extranjero, pero si no aparece en El Mercurio, no existe. También ocurre que hay artistas que no son famosos en el extranjero, pero viven como si lo fueran porque El Mercurio define sus existencias en el país. Esto corresponde a un capítulo archiescrito de una historia de garantizaciones bíblicas que funciona como en ninguna otra parte del mundo.
SANTIAGO A MIL & ROMERO
Carmen Romero se ha convertido en el personaje cultural del año. Habrá que inventar un Premio Altazor para la promoción cultural exitosa. El Festival Teatro a Mil es un modelo de gestión de masas convocadas por una noción balsámica de la puesta en escena. ( ) Carmen Romero ha tenido la virtud de ofrecer una versión renovada de la fórmula «pan y circo», llegando a poner en duda la eficacia programática de los propios «carnavales culturales».
ARTISTAS JÓVENES
Nuestros jóvenes artistas emergentes piensan que la subordinación a los profesores les asegura una buena plataforma de relaciones públicas y dependen de su aval para participar de los rebalses de la fondarización. ( ) Los artistas jóvenes son formados en la creencia que heredarán, si se portan bien, las tierras administrativas de sus profesores. Estos últimos han forjado su permanencia en la estructura, destinando sus esfuerzos «creativos» a la defensa paranoica de sus haberes más que al desarrollo formal de una obra.
FONDART A LA MESA
El nepotismo ha llegado a límites increíbles. No es de extrañar. Para quienes trabajamos en la autonomía y no dependemos más que de los esfuerzos propios en la producción e inscripción de obra, algunas decisiones del Fondart en torno a apellidos que el favoritismo ha convertido en emblemáticos, no refleja más que una gran desesperación acerca de las capacidades de sustentabilidad de las obras.
¿BIENALES O FERIAS?
Nuestros agentes confunden el rol y estatuto de las ferias con el rol y estatuto de las bienales; reproduciendo además el maniqueísmo entre institución académica y mercado. Todo eso los desfavorece impidiéndoles participar en un debate real sobre el desarrollo de su propio campo. Una feria es una feria; una bienal es una bienal. Hay ferias que adquieren rasgos de bienal, como producto de una elaborada política de mercadeo. Hay bienales que ya se parecen a ferias, por el desmontaje de sus opciones fundamentales en el armado de campo. De este modo, podemos señalar que hay ferias que se han propuesto destituir a las bienales, pasando el galerismo a ejercer funciones curatoriales de servicio de los mercados globales.