Los ojos del plebiscito y la alegría prometida

Dos artículos publicados este fin de semana, recuerdan el plebiscito de 1988: uno desde la mirada de los fotógrafos y otro del equipo que preparó la campaña del No
Revista El Sábado / El Mercurio/ Fueron los actores invisibles del 5 de octubre de 1988, registrando con sus cámaras aquella histórica jornada y las celebraciones del día después. Sus imágenes dieron la vuelta al mundo y hoy conforman un patrimonio que luego de 20 años aún permanece en la memoria. Aquí presentamos una selección de ellas, algunas nunca antes publicadas.
Matías Recart
El abrazo
Para 1988 yo tenía 21 años y trabajaba en la agencia Reuters. El día después del plebiscito salí a fotografíar las celebraciones. En el centro de Santiago había miles de personas, no se podía ver dónde terminaban las marchas. Carabineros tenía bloqueado el acceso a la Alameda, pero logré llegar hasta la esquina con el Paseo Ahumada, donde tomé esta foto. Fue muy rápido. El sujeto estaba feliz y en un arrebato impredecible se tiró a abrazar al policía. Apunté con mi cámara y alcancé a tomar cuatro fotos. El carabinero no reaccionó, no supo qué hacer, se quedó quieto como un poste. Después se reía. Fue un momento emocionante, porque reflejó todo el espíritu de esa época: la necesidad del país de comenzar de nuevo, de reconciliarse. Eran dos bandos que se habían enfrentado durante años que ahora se abrazaban. La foto fue publicada en todo el mundo, incluso en la revista Newsweek. Me llena de orgullo.
Luis Zúñiga
El baile de Lagos
Yo era fotógrafo del sector policial de El Mercurio, pero para la época del plebiscito recorrí todo Santiago captando imágenes de manifestaciones, tanto del Sí como del No. Pocos días antes me enviaron a una concentración convocada por la oposición, en Avenida Matta con Vicuña Mackenna. Allí me encontré de pronto con una imagen poco habitual: Ricardo Lagos alegre, feliz, distinto al hombre serio y formal que uno conocía, rompiendo el protocolo. Estaba bailando el «Vals del No», una versión de la clásica melodía de Strauss cantada por Florcita Motuda. Él, que era el presidente del PPD, bailaba con una señorita que había sacado de entre los manifestantes y siguió haciéndolo con varias más.
Miguel Sayago
Los obreros de la construcción
Esta foto nunca fue publicada. Corresponde a un día antes del plebiscito. La ciudad estaba tranquila. Demasiado, tal vez. Se podía percibir en el ambiente que algo grande iba a ocurrir, pero ese día todo se veía en calma. Yo vivía en Estados Unidos y había viajado a Santiago para cubrir el momento político. No iba a estar mucho tiempo, apenas una semana, así que esa vez visité lugares de votación y luego decidí caminar por el centro de la ciudad. En el Paseo Ahumada había un grupo de obreros que restauraba un local de comida y cuando me vieron con mi cámara comenzaron a llamarme. Fue entonces cuando uno de ellos levantó una N y una O que eran parte del letrero del negocio. Me pareció que esa escena reflejaba no sólo un sentimiento importante de una parte del país, sino que la imaginación de la gente.
Juan Domingo Marinello
El disfraz
Yo era profesor de fotografía de la carrera de Periodismo en el Campus Oriente de la UC. Siempre me encontraba con manifestaciones, actos y eventos que hacían los estudiantes durante los días previos al plebiscito. Un día vi a estas tres estudiantes disfrazadas, les tomé la foto y la archivé. Me pareció una escena curiosa. Ellas querían representar esta suerte de encuentro en un país que estaba profundamente dividido.
Fernando Pastene
Pinochet de capa
Amí me tocaba cubrir La Moneda para El Mercurio y cada vez que Pinochet asistía a un acto formal, se ponía su capa. Esta foto es de agosto de 1988, cuando el general caminaba desde el palacio hasta el Ministerio de Defensa, donde la Junta Militar escogería al candidato presidencial para el plebiscito. A nadie le cabía duda que sería él. En los siguientes días cambiaría el uniforme por un terno y una perla en la corbata, y La Moneda se transformaría en una especie de burbuja donde todos pensaban que iba a ganar el Sí. Pero uno salía a la calle y allí el pulso era otro.
Miguel Ángel Larrea
El golpe de Matthei
Era la noche del 5 de octubre. El gobierno demoraba la entrega de resultados y nadie daba ninguna información oficial. En un momento alguien nos avisó que el almirante Merino iba a pie hacia La Moneda desde el Ministerio de Defensa. Pensábamos que iba a hacer algunas declaraciones, pero, ante la insistencia de la prensa, fue Matthei quien habló. Dijo que había ganado el No.
Jesús Inostroza
Aylwin cierra el día
Estábamos agotados. No recuerdo la hora, pero era tardísimo y en el centro de prensa del Comando del No, que estaba justo frente al Diego Portales, no cabía un alma. Hablaron varios dirigentes, hasta que le tocó el turno a Patricio Aylwin, que era el que todos estábamos esperando. Él dijo: «ganamos», y se escuchó un largo y emocionante aplauso. Me sentí parte de la historia en ese momento. Luego me tocó cubrir la campaña de Aylwin y más tarde fui su fotógrafo oficial.
Luis Navarro
La cartelera
El día del plebiscito había trabajado hasta las 5 de la madrugada. Me fui a dormir un rato y a las 11 ya estaba de nuevo en la calle para las celebraciones. Fui a La Moneda, pero no pasaba nada y decidí caminar hacia Plaza Italia. Era una mañana calurosa, así que a la altura del Crowne Plaza decidí sentarme a la sombra. Quedé justo frente al cine Normandie, que tenía en cartelera El gran dictador, la película de Chaplin. En ese momento un grupo de jóvenes pasó caminando hacia el centro, sin pancartas, sin gritos. Ni siquiera se dieron cuenta de lo que decía el letrero, sólo saludaron a la cámara. La foto es inédita, jamás fue publicada, pero considero que es la más representativa de las que tomé en esos días.
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LUN / Cómo los publicistas lo convencieron de aprobarla

El día que Lagos dudó hacer la franja del No

Lorena Penjean
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