Noticieros: el drama del “mono mayor”
Jimena Villegas / El Mercurio / Esta semana trascendieron dos estudios sobre la pantalla local. Uno es la encuesta de Wikén-Collect, editada el viernes 21. El otro, un “Análisis en los noticiarios de TV chilenos”, publicado por Cuadernos de Información y liderado por Silvia Pellegrini, decana de la Facultad de Comunicaciones de la PUC e integrante del directorio de Canal 13. Al cruzar ambos trabajos salen conclusiones preocupantes (o, mejor, penosas).
Según Wikén, el público opina que el noticiero que más ha mejorado en los últimos años es el de CHV. El problema es que, de acuerdo al estudio de la PUC, ese informativo está hecho con fuentes de escaso valor informativo, tiene el mayor índice de sensacionalismo y ofrece grandes indicadores de violencia (aunque lo supera Mega). No es lo peor porque, en rigor, el telediario del canal de Time Warner cumple consigo mismo: es realizado por una televisora prioritariamente comercial y nadie tiene derecho a cuestionar cómo esa estación decide acarrear agua a su, por ahora, surtido molino.
El tema es que, para pelear por su espacio, TVN y Canal 13 están haciendo lo que CHV: olvidar que hay noticias internacionales, hacerles el quite a la cultura y la economía, dar mucho fútbol, generar notas de tendencias sociales y salpimentar su menú con grandes dosis de policía y tribunales. Hoy existe, entonces, un “mono mayor” al que todos siguen y que nos obliga a ver sólo noticieros iguales (iguales de malos, dijéramos).
Un factor relevante en este panorama es que Canal 13 y TVN están en transición: en el primero acaba de debutar quien era el jefe de prensa del segundo, y el en segundo acaba de debutar un periodista primerizo en lides televisivas. Por eso, tal vez, mientras uno y otro no logren dar con una propuesta propia, que refuerce el valor de marca de su estación, seguirán jugando a parecerse. Viendo el vaso medio lleno, aún hay oportunidad: TVN y Canal 13 pueden apostar por caminos propios y recordar la palabra calidad. Eso significa alejarse de la anécdota, la crónica roja y las notas de consumo, para ofrecer a su público contexto e información que permitan, además de recordar que Chile está inmerso en el mundo, entender lo que nos pasa como país y saber tomar decisiones. Que así sea, por el bien de todos.